dimanche 2 juin 2013

Amigas y muy señores míos

¿Qué tal guapas?

Yo bien, la verdad, muy cansada pero animada. Esta ha sido mi última semana en la empresa donde he trabajado los últimos tres años y dentro de unos días voy a empezar a trabajar en otra compañía. Los finales son tristes y los comienzos estresantes. Qué os voy a contar que no sepáis ya.

Pero vamos, no es de esto de lo que quería hablar, sino de mi finde de la semana pasada en Londres. Fui a visitar a Mary Jo, mi amiga del alma. A conocer a su nueva retoña, tan bonita y tan tranquila ella, un amorcico de bebé. Me llevé al peque, para que estuviera con su primo putativo, su primer hijo, que ya tiene dos años. Mi bichico tiene diez meses pero como ya se "desplaza" (sujetandose por las paredes, cuál spiderman) pudieron interactuar un poquico.

Es emocionante verles jugar juntos, darse besicos y escrutarse detenidamente. Es como si nuestra amistad pudiera un día vivir también en ellos y continuar así perpetualmente por los siglos de los siglos (aunque vete a saber, igual dentro de un par de años se están pegando y mordiendo y luego no se soportan ni en pintura).

Nos lo pasamos muy bien. Las dos pudimos además hablar un poco de nuestras vidas de mujeres y madres. Pudimos criticar a nuestros cónyuges, jefes, al tiempo asqueroso de nuestras ciudades adoptivas, a los viajeros agrios que te miran mal en el Eurostar cuando hace ruido el niño. Hablamos como dos expatriadas sintiendo, como solo las mujeres somos capaces de sentirlo, esa extrema complicidad y empatía tan necesarias para nuestro equilibrio interior.

¡Cómo nos reímos! Con mi sobri putativo diciendo "chaquet" (mezcla de chaqueta y Jacket) y "pish" (mezcla de pez y fish). Estamos criando monstruos del lenguaje, futuros destructores de diccionarios, peores que sus madres que le llaman encimera al mostrador de facturación del aeropuerto.

Lo mejor es que descubrimos que en cualquier país, sea cuál sea la nacionalidad del Pater familias, las situaciones son similares. Las dos llegamos a la conclusión de que a los hombres les gusta ponernos nerviosas (por no decir histéricas) y después actuar como si nada, como si la culpa de todo fuera nuestro carácter cíclico e impetuoso.

Resulta que su "husband" tampoco encuentra nunca las cosas de los niños y dice que es porque ella no las ha ordenado bien, que por la mañana también está en plan "cool" mientras ella corre por todas partes y luego cuando llegan 10 minutos tarde al lugar donde han quedado, le dice que se organiza mal. Al parecer también se mosquea si ella no le hace caso cuando le habla, aunque este dando el pecho a la niña en ese momento, pensando en lo que queda en la nevera para cenar y apartando un juguete del grande con el pie para que no se tropiece al pasar y se estampe los morros.

Estos hombres que han recorrido tanto mundo y que pese a todo cuando se les pone un ordenador delante se sienten poseídos por el Hulk televisivo y se ponen a ver series, una detrás de la otra, mientras te dicen que así se relajan que no han parado en toda la semana, pero que no te preocupes que enseguida llegan para ayudarte (si todo está hecho en ese momento es culpa tuya por no haberles esperado)

ARGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH SON TODOS IGUALICOS, COMO CORTADICOS POR EL MISMO PATRON


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